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Amenábar da miedo en San Sebastián

El director español inaugura hoy el certamen con su nueva película, ‘Regresión’, una historia de terror rodada en inglés y protagonizada por Emma Watson y Ethan Hawke.

Rocío García

El miedo se instala en las calles de San Sebastián. El misterio y el suspense merodean por las butacas del Kursaal. Los fantasmas que nos atenazan, los caminos que uno se ve obligado a recorrer en solitario frente a amenazas, intangibles o reales, se dan cita hoy en la ciudad de la mano de Alejandro Amenábar, que inaugura a lo grande con su nueva película, Regresión, la 63ª edición del único festival de cine de categoría A en España.

El corte de la cinta inaugural encierra todos los ingredientes necesarios para una cita de estas características: un director español de alta proyección internacional al frente de una gran producción rodada en inglés y con un reparto estelar encabezado por Ethan Hawke y Emma Watson. ¿Todos los ingredientes...? Casi todos: ni Watson ni Hawke, víctimas de los consabidos problemas de agenda, estarán hoy en San Sebastián para el inicio de las festividades, en un festival que apuesta claramente por el cine en español (de España y Latinoamérica), con una programación que presenta, en sus distintas secciones, más de 200 títulos.

Regresión, que abre la sección oficial aunque fuera de competición, supone no solo la vuelta al suspense de Alejandro Amenábar, sino también su debut en el festival más importante de España. El director de cintas como Tesis, Mar adentro o Los otros</CF> pisará por primera vez la alfombra roja de San Sebastián. Puede decirse sin temor a equivocarse que Amenábar es muy poco festivalero. Lo reconoce él mismo, aunque se confiesa reconfortado. Ha estado en los más importantes certámenes cinematográficos del mundo —su anterior película, Ágora, fue seleccionada en Cannes y la primera, Tesis, se presentó en Berlín— pero nunca lo había hecho en San Sebastián.

“Debutar en este festival con una película como Regresión es una muy buena manera de arrancar la carrera de este título”, aseguraba orgulloso el director en un encuentro reciente en Madrid. Con su sexta película, tercera rodada en inglés, recién casado y con 43 años, Amenábar vuelve al género del suspense y lo hace con una película basada en un fenómeno real ocurrido en la América más profunda en los años noventa. Sectas satánicas, trastornos de personalidad, memoria reprimida... todo cabe en Regresión, un relato que busca entrar y perforar en la mente de los personajes.

Alejandro Amenábar ha seguido la senda de Tesis, su deslumbrante debut en el mundo del largometraje, hace ya 20 años, y de Los otros, la película que le puso en el firmamento internacional. El director reconoce que echaba de menos el género de terror, aunque él prefiera utilizar el término suspense. “Me gusta pasar miedo delante de una pantalla. Hay algo muy primario en todo ello. En la seguridad de la butaca, sí me gusta pasar miedo. Quizás también responde a que yo siempre he sido muy miedoso. Las películas de terror alimentaban esos miedos, pero ha sido cuando me he enfrentado a ellas como director cuando me he liberado de esos miedos infantiles a la oscuridad, los fantasmas o la muerte. Regresión no es una película de miedo, sino sobre el miedo, sobre cómo, a veces, el miedo nos atenaza y nos pone un velo delante que nos impide pensar y ver la realidad con claridad, de ir a la raíz del problema. Quería mostrar lo fácil que es propagar el miedo y entrar en una especie de paranoia colectiva. Y ese es el miedo en estado puro”.

Ha perdido ingenuidad, lo reconoce, y por eso ha cambiado su aproximación al género. No ya solo como director, sino también como espectador. “Hemos perdido la capacidad de sorprendernos. Cada día es más difícil encontrar la sorpresa, pero lo que no ha cambiado es mi entusiasmo y disfrute. Todas mis películas las he hecho con la fuerza y la convicción de que esa era la historia que quería contar”.

Quien ve cumplido todo un sueño con esta inauguración del festival de la mano de Regresión es José Luis Rebordinos, el director de Zinemaldia, que con esta edición cumple su cuarto año al frente del certamen. Desde las primeras reuniones preparatorias del festival, allá por el mes de abril, el título de Amenábar era para él algo así como el vellocino de oro. “¿Quién no querría tener a Amenábar en su festival?”, repite de manera constante Rebordinos.

Muchos intereses

El proceso ha sido lento y complicado. Muchos intereses, muchas voces y negociaciones agotadoras complicaron el camino, hasta el punto de que el equipo del festival tenía ya preparadas otras posibilidades por si las moscas. “Es una película grande que no necesita el recorrido de un festival y estuvimos esperando a la decisión final de sus responsables sobre lo que querían hacer con ella. No nos hubiera importado incluso que también se presentara antes en Toronto, pero obviamente para nosotros es mucho más importante que la première mundial tenga lugar aquí, en San Sebastián. Fue una muy agradable sorpresa. Con la apuesta que tenemos este año de cine español, inaugurar con Amenábar no podía ser mejor. Yo he intentado varias veces que Alejandro viniera de jurado al festival y no lo he conseguido”, explica el principal responsable del certamen.

Hoy, José Luis Rebordinos, viejo integrante del comité de selección del Festival de Cine y antiguo responsable de la también donostiarra Semana de Cine Fantástico y de Terror, respira aliviado y agradecido por esta apuesta: “Esta es una película que no necesita festivales y que aporta más al Zinemaldia de lo que puede obtener aquí”.

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